El mandato de Nuestro Señor Jesucristo de anunciar la buena nueva a toda la creación (Mc. 16, 15), fue pasando por distintos momentos y por diversas formas de llevar adelante esa comisión.
El avance de las nuevas tecnologías cambiaron la forma de ver el mundo y de relacionarnos. La evangelización no se mantuvo al margen de estos cambios y cada vez más, católicos de todo el mundo, usan las nuevas tecnologías para dar a conocer la Buena Noticia.
El único que no cambia es Dios, Él permanece inmutable, su Palabra perdura para siempre, su gracia nos acompaña. La primacía de la Gracia en la evangelización es el inicio y el fin del proceso evangelizador. De esto estamos seguros. Nada podrá suplir la gracia de Dios, su acción en el evangelizando y en el evangelizador. Ningún método ni estrategia puede suplantarlo. Sin la ayuda de Dios, sin su acción seremos simples repetidores de palabras por más lindas que sean.
Las técnicas de evangelización son buenas, pero ni las más perfeccionadas podrían reemplazar la acción discreta del Espíritu. La preparación más refinada del evangelizador no consigue absolutamente nada sin El. Sin El, la dialéctica más convincente es impotente sobre el espíritu de los hombres. Sin El, los esquemas más elaborados sobre bases sociológicas o sicológicas se revelan pronto desprovistos de todo valor.
E.N. 75
El principio de la primacía de la gracia debe ser un faro que alumbre permanentemente nuestras reflexiones sobre la evangelización.
E.G. 112
En base a estas premisas es necesario que nos preguntemos hoy como evangelizadores, qué quiere decirnos Dios con esta emergencia sanitaria que estamos atravesando? Cómo podemos llegar al hombre de hoy con un mensaje que afecte a toda su vida? (E.N. 29) Con qué medios podemos llegar a la sociedad y ser eficaz en el anuncio del evangelio? Qué estamos haciendo por la evangelización en tiempos de pandemia?
Las actividades diarias se van acomodando a la realidad de un aislamiento social por razones sanitarias. El home working o trabajo en el hogar, el teletrabajo, las reuniones virtuales y hasta la educación se están aggiornando a esta situación. La evangelización está exceptuada de ella? Alcanza con transmitir las misas por los medios de comunicación social? Está la Iglesia preparada para una evangelización en estas circunstancias? Están los laicos preparados para compartir su fe en tiempos de aislamiento sanitario?
Es visible que el conjunto de la población se va apoyando en la tecnología para informarse, mantenerse actualizada de los acontecimientos importantes. Pero también se puede observar como el exceso de información a confundido a mucha gente, sin mencionar el mal uso que se le da al ser consumidores y distribuidores de fakes news (noticias falsas) que circulan constantemente.
No será un buen momento para que los católicos comencemos a usar la tecnología en forma asertiva, filtrando la información falsa o innecesaria, enseñando el correcto uso de estas herramientas y promoviendo mensajes de fe, esperanza y caridad? Utilizando los recursos que tenemos para unir a las personas en oración, motivando a un acercamiento más íntimo a Jesucristo.
Todo lo que podamos hacer por el prójimo es bueno. No perdamos esta oportunidad que se nos presenta para mostrar al Rey de Reyes, Jesús el Señor. Enamorar a todos de Él. Hacer que lo conozcan, lo sigan, lo sirvan y anuncien.
Si no sabes como hacerlo puedes contactarnos. Hay muchas personas que están dispuestas a ayudar, con sus consejos, su experiencia y su oración.
María, Estrella de la Evangelización te anime y recuerde que no estás solo.
Los desafíos están para superarlos. Seamos realistas, pero sin perder la alegría, la audacia y la entrega esperanzada. ¡No nos dejemos robar la fuerza misionera!
E.G. 109